Ascenso al Parmelan en primavera: entre la aventura y la historia
Tono Riesco
Introducción
El Parmelan, con sus 1.832 metros de altitud, se alza como una gigantesca meseta calcárea sobre el lago de Annecy. Sus acantilados abruptos y su cima despejada ofrecen una de las vistas más espectaculares de la Alta Saboya. Aunque su acceso es relativamente sencillo en verano, nuestra aventura primaveral nos recordó que la montaña siempre exige respeto.
Un poco de historia
El Parmelan ha atraído a exploradores y montañeros desde hace más de un siglo. A finales del siglo XIX, las primeras ascensiones organizadas comenzaron a registrar rutas sobre su macizo. El refugio Camille Dunant, construido en 1925, debe su nombre a un benefactor local y desde entonces ha servido de abrigo a miles de senderistas.
Este refugio, estratégicamente situado en la altiplanicie, es un testigo silencioso de las condiciones cambiantes de la montaña.
A lo largo de los años, el Parmelan ha sido también escenario de algunos accidentes, generalmente debidos a las condiciones invernales o a caídas en los pasos escarpados del Grand Montoir. Hoy en día, gracias a las mejoras en los equipamientos y a la información disponible, el acceso es más seguro, pero sigue requiriendo precaución, especialmente fuera de temporada.
Cómo llegar al punto de partida
Desde Annecy, toma la carretera N203 en dirección a Villaz. Al salir de Villaz, gira a la izquierda siguiendo las señales hacia “Le Parmelan” y continúa hasta el final de la carretera forestal. El parking de Bois Brûlé se encuentra allí, a unos 14 km al noreste de Annecy. Las coordenadas GPS son: 45.952219, 6.222312.
La ruta: Grand Montoir y Petit Montoir
La ruta clásica comienza en el parking de Bois Brûlé y asciende por el Grand Montoir, un sendero empinado y estrecho que serpentea por la ladera de la montaña. Aunque está equipado con pasamanos y cadenas en algunos tramos, requiere precaución, especialmente en condiciones invernales.
Después de aproximadamente 2 horas de ascenso, se llega al refugio Camille Dunant, desde donde se puede continuar hasta la cima del Parmelan. El descenso se realiza por el Petit Montoir, completando un circuito de unos 9 km con un desnivel positivo de 750 metros. Pero nosotros hicimos un extra para llegar a los 13 km en total.
Nuestro ascenso: una mezcla de sensaciones
En pleno abril, decidimos afrontar la subida. Los primeros tramos transcurrían bajo una tenue luz filtrada por los árboles, pero pronto la nieve cambiante nos obligó a extremar la atención. Neveros extensos cubrían el sendero, formando peligrosos puentes de nieve bajo los cuales fluía el agua del deshielo. A cada paso, debíamos medir cuidadosamente dónde pisar.
La progresión se volvió lenta y laboriosa. Bastones se volvieron indispensables en ciertos tramos, donde la pendiente y la inestabilidad de la nieve aumentaban el riesgo de resbalar. La montaña no ofrecía tregua, pero tampoco dejaba de fascinar.
Alcanzando la cumbre
Poco a poco, la vegetación se fue retirando y el paisaje se transformó en un océano de rocas, salpicado de nieve y de un silencio impresionante. El refugio Camille Dunant surgió en la distancia, aún cerrado por la temporada, pero su sola presencia infundía un sentido de logro.
Desde la cima, las vistas hacia el lago de Annecy, los Bornes, y el macizo del Mont Blanc, en días claros, son absolutamente memorables.
Reflexiones
La montaña en primavera es imprevisible. Lo que aparenta ser un paseo sencillo puede convertirse en una verdadera aventura alpina. Lo que más nos marcó de esta experiencia fue precisamente esa incertidumbre: cada paso era una decisión, cada mirada hacia el horizonte, una recompensa.
Recomendaciones para quien se aventure
- Equipo esencial: Agua, comida, bastones (en mi caso), ropa de abrigo.
- Planificación: evitar la ruta en días de lluvia o tras fuertes nevadas recientes.
- Precaución: informarse siempre de las condiciones del terreno antes de partir. En caso de duda, mejor postergar la excursión.
Galería de momentos
Cierre
El Parmelan nos enseñó que, incluso en alturas relativamente modestas, la montaña puede ser exigente y hermosa a partes iguales. Volveremos, quizás en verano, pero el recuerdo de esta primavera quedará grabado para siempre.
Nota: Este relato está basado en una experiencia real de ascenso en condiciones primaverales de 2025. Consultar siempre fuentes locales y prever cambios meteorológicos antes de una excursión a la montaña.